lunes, 21 de febrero de 2011

Recuerdos de la Roja – Parte V

Para el que lo vivió este salto es inolvidable - (c)Getty Images
Para los contertulios más jovenes, el Mundial de Sudáfrica 2010 fue la primera vez que pudieron ver a Chile en un Mundial. Algo similar nos pasó a varios en ese invierno de 1998, luego de unas Eliminatorias bien extensas que se jugaban por primera vez en ese formato, Chile sacó pasajes a Francia. Los partidos fueron en Bordeaux, Saint-Etienne y Nantes, los rivales: Italia, Austria y Camerún.
En esos años, todo era nuevo para muchos, se hicieron programas especiales mostrándonos la cultura de los tres rivales, hubo souvenirs con Footix (Mascota del Mundial) en todas partes, la televisión no paraba con el cuento de la fiebre mundialera. En los programas de TV iban los futbolistas, modelos, humoristas y entrenadores; cantaban, bailaban, la televisión le sacó el jugo al fútbol.
El Mundial se vió por completo en televisión abierta, por lo que no hubo dramas de contratar el último pack con los tres canales premium más el básico para disfrutar del show. Hubo albumes que algunos juntaron, camisetas de la selección por doquier, los futbolistas protagonizando comerciales de TV, había espacio para todos.
El debut fue el jueves 11 de Junio, para suerte de los chilenos ese día fue feriado (no recuerdo exactamente el porque). Hubo previa, no futbolera para los que creían que en ese tiempo se hablaba de fútbol. La previa estuvo a cargo de Paulina Nin y Pancho Toro que en ese tiempo cocinaba al lado del Río Sena (?). Con 14 años, los nervios fueron una constante en los minutos previos al inicio del partido, no se pensaba en un triunfo ante los italianos, pues los cronistas y expertos de la época hablaban de una “digna” actuación ante el gigante europeo.
Nelson Boni que lució un coqueto impermeable café alineó a Tapia; Fuentes, Reyes, Margas, Villarroel, F.Rojas; Acuña, Parraguez, Estay; Zamorano y Salas. El gigante formaba con Pagliuca; Costacurta, Cannavaro, Nesta, Maldini; Di Livio, D.Baggio, Albertini, Di Matteo; R.Baggio, Vieri. En el inicio se vió a un equipo chileno nervioso, insinuaba cosas interesantes pero no tenía profundidad; recuerdo que estaba muy nervioso en el comienzo, no quería que perdieran la pelota porque arriba jugaba Vieri que las embocaba todas.
A los diez minutos de juego, pase entre líneas para Vieri que define ante la mala cobertura de la defensa y sin duda que el gol fue lo mejor que le pudo pasar a Chile, no sólo los jugadores se soltaron sino que todos a la distancia seguramente lo hicimos. En ese primer tiempo, Chile se envalentonó y fue por el empate, tuvo algunas claras hasta que en el último minuto Zamorano ganó un cabezazo que quedó picando en área penínsular luego de un rebote en Reyes y Marcelo Salas conectó un zurdazo imbarajable. No me acuerdo si me hinqué a gritar el gol pero tiene que ser uno de los goles que más grité en mi vida, se podía ganar.
En el segundo tiempo venía lo mejor, los italianos no tenían por donde y Marcelo Salas le ganó un salto a Cannavaro y la clavó en un ángulo imposible, creo que hasta me puse a llorar con ese gol y al mismo tiempo puteaba a los italianos, un golazo sin dudas. Chile tuvo un par de ocasiones más hasta que vino el robo del árbitro de Níger, Lucien Bouchardeau. Bueno, algunos opinarán como el “Pato” Yáñez, otros como Carcuro, algunos dirán que el “Chilenita” fue poco pillo, en fin. El tema es que Baggio convirtió y nos sentímos robados, como tantas veces.
El segundo partido (17 de Junio) fue un encuentro extraño, como pasa muchas veces con los equipos nacionales y con la gente, después de una buena actuación nos creemos mejores de lo que somos y se vivió con algo de exitismo lo que venía por delante. Los austríacos eran rivales fuertes que por arriba eran intratables, fisicamente superiores por lo que la “picardía chilena” era la gran arma de triunfo. Nos mostraron un montón de veces el partido en España 82′, el penal de Caszely, etc. Zamorano y Salas eran los encargados de vulnerar el arco del golero Konsel, que esa tarde estuvo inspirado.
Una tole-tole en área austriaca terminó con Salas impulsando el balón con la rodilla, Zamorano le había ganado el cabezazo a los palitroques y el portero dio rebote. De ahí en más Chile no hizo mucho por asegurar el resultado, Don Nelson metió a Castañeda por Villarroel, a Sierra por Estay que jugó un partido horrible. En la jugada final del partido, pasó la típica jugada que toda la vida nos ha sucedido, Salas la pierde en territorio austriaco y se vienen los europeos, cuento corto, Ivica Vastic la clavó en un ángulo imposible para Nelson Tapia que vistió una camiseta verde, no le gustaban porque le traía mala suerte. Nunca más la volvió a usar.
Varios lloramos, rabiamos, que porque siempre nos pasa a nosotros, siempre pajareando en la última jugada, el sino del fútbol chileno en plenitud en la último instante. Se suponía que los europeos eran los rivales directos, y eran el rival más “débil” del grupo, por lo que el empate no fue bueno. Para cerrar la etapa de grupos, un martes 23 de Junio a las 10 de la mañana Chile debía jugar a no perder y esperar que Italia derrote a Austria en el otro partido. Como tantas veces, no dependíamos de nosotros, o sea sí dependiamos, pero existía la posibilidad de un empate en puntaje con Austria, si ocurría eso se definía como en el barrio. Moneda al aire, conociendo nuestra suerte en esos años, seguramente si tiraban la moneda el otro equipo iba a salir beneficiado.
El partido fue un parto, el inolvidable gol de José Luis Sierra que embocó un tiro libre imposible para Songo’o abría la ruta de al fin volver a ganar en una Copa del Mundo. Chile no lo hacía desde el Mundial del 62′, 36 años antes cuando derrotó a Yugoslavia por 1-0. En el primer tiempo los africanos se quedaron con 10 puesto que Song le pegó una patada brutal a Zamorano y lo echaron. Chile se perdió infinidad de goles que le pasarían la cuenta en el segundo tiempo, cuando el físico empezó a mermar.
Mboma nos regresó a la realidad del sufrimiento cuando cabeceó un centro desde la izquierda. En el otro partido los italianos terminaron ganando 2-1 por lo que se hacía imprescindible mantener la igualdad. Para que nos vamos a hacer los lesos, todavía no sé porque le anularon dos goles legítimos a los “grones”, lo que marcaba el adiós en primera ronda. Sin embargo la raja táctica de NBA se hacía presente y pidiendo la hora se consiguió clasificar.
Hubo festejos, celebraciones en Plaza Italia, en los colegios se comentaba el resultado y se sacaban cuentas de lo que se venía, se consiguió avanzar a segunda ronda, algo que nunca se había conseguido jugando fuera de Chile. El único problema o el pero de ese día, es que horas más tarde nos enteramos que el rival del día 27 de Junio en París, sería nada menos que Brasil, de Ronaldo, Rivaldo y Roberto Carlos. Suave lo que se venía…

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