lunes, 21 de febrero de 2011

Uno quiso jugar, el otro se llevó un punto (1-1)

(c) ANFP
En un partido que a priori me parecía un dolor de ojos, por los técnicos que estaban sentados en la banca de cada equipo, terminó gratamente sorprendiendo por la intensidad de juego mostrada. No parece un encuentro de fase regular de un torneo con Play Offs.
En un primer tiempo en donde las intenciones de cada DT para con el partido eran notoramiente marcadas a pesar de usar planteamientos en el papel parecidos. El paraguayo Benítez basaba sus esperanzas en lo que pudiera mostrar un incombustible Jaime Riveros, que a sus 40 años maneja como nadie los hilos de un equipo. Por el lado de Llop todo pasaba por que tan firme respondiera la columna estructural del equipo (Reyes-Tetes-Villarroel-López-Muñoz). En un primer tiempo en el que la visita marcó preponderancia en el terreno de la mano del Liebre que a estiletazos mantenía en vilo a la última línea caturra, era cuestión de tiempo para que los verdes mostraran los mismos errores que ante la Unión la fecha pasada, sobretodo en Tetes que sigue un par de décimas de segundo más lento que el resto. Canales aprovechó un descuido para marcar la ventaja, mientras Laffatigue hacía las labores de desgaste de los centrales rivales. Dijimos que Wanderers se resiente cuando su columna no está funcionando a full y hoy se notó en el juego porque López todavía no encuentra la puesta a punto como para resaltar del resto y echarse el equipo al hombro definitivamente. Palestino lo pudo liquidar, pero Canales se distrajo pensando en que estará haciendo Roxanna Muñoz en Año 0 (?).
Si hay algo que destacar del cuadro porteño es que historícamente es un cuadro que lucha y empuja, con buen o mal fútbol pero por entrega no se queda, sobretodo en Villarroel, Benítez se conformó con el regalo rival y dispuso el equipo para contener y resguardar el resultado, y eso se notó en la estadística final de 4 remates al arco contra 11 del local y 20 faltas en total. Los locales comprendieron que por arriba no era negocio seguir intentando y pusieron la pelota contra el piso de la mano de ese muy buen par de jugadores que son Méndez y Ubilla que leyeron muy bien el ánimo de cobijarse dentro de su zona que presentaba Palestino; abrieron la cancha y comenzaron el martilleo por las bandas. En una de esas tantas idas fue que Carlitos Muñoz (¿aló, sí, con César Vaccia por favor (?)) otra vez se vistió de héroe para mandarla al fondo del arco y convertir el empate.
El 1-1 aún era negocio para el tetracolor, como suele decirse, “cuando te conformas con empatar generalmente pierdes”, y acá esa máxima estuvo a punto de cumplirse pues a 8′ del final Muñoz pasaba en corto para Barrales que hasta ese momento realizaba un correcto partido más chocando con los defensas que rematando al arco (tuvo un par de cabezazos previos), Romo interfiere metiendo el brazo, penal y el arco que se abría para dar la posibilidad de brindar los deseados 3 puntos a los verdes. En un ceremonia digna del “hermanito, déjeme a mí, si me tengo fe” Barrales le pide la responsabilidad a Muñoz, pateador designado, y tira una masita, ni siquiera la pica, Quezada que no se movió sólo tuvo que agacharse para recoger el tiro. De ahí en mas, era jugar con la desesperación del cuadro playanchino hasta el final.
Viendo la suma del partido, la mitad de un tiempo para Palestino y el resto para Wanderers, Tetes que se ponga a correr por los cerros y lleve de acompañante al Rumpy López que está un par de kilos arriba aún. Carlitos Muñoz me hace preguntar si nos va a durar mucho más jugando en el puerto. Del lado visitante, Riveros necesita un recambio urgente, es un genio, pero no lo pueden sobrecargar tanto o lo van a fundir. Si lo vemos numéricamente, se perdió un punto en la suma final de los 3 en disputa.

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