domingo, 8 de agosto de 2010

Camisetas horribles: CASLA y la astronomía


Quiero comenzar una nueva entrega de la sección del horror agradeciendo a mi camello particular, a ese Huggy Bear de las camisolas vomitivas que es el cafetero Martín Díaz. Dealer de raza, nunca falla el tiro y ha vuelto a tocar a mi puerta con la mejor basura. Con perdón de las damas, camiseta suplente del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. No me importa cual fue la temporada en que los chavales del Cuervo se pasaron un año carnavaleando con ésta telucha estrellada, ni tampoco quienes de aquellos tuvieron que soportar el duro trance. Tan sólo pienso en diseños para cajas de cereales, en fiesta de pijamas, en Bertín Osborne emergiendo de entre el aguacero estelar y en que seguro que alguna emo idiota adscrita a esa absurda moda de tatuarse estrellitas soñadoras por el lomo me pagaría un saco de euros por esta joya. Una pena tener sólo la fotografía


Decía el Bambino Veira, ídolo eterno del Nuevo Gasómetro por la evidencia futbolística y a escala global por razones intelectuales que entenderán en el mismo momento en tecleen su nombre en Google, que el estadio de San Lorenzo es el lugar donde nace el viento. Y el tipo no lo decía por mitología vendehumista, tipo Carl Lewis, sino porque el Nuevo Gasometro es de esos campos, recuerden Zorrilla, donde siempre corre un aire que te hiela hasta el pensamiento. Bien yo creo firmemente que ésta camiseta se tejió el mismo día en el que el Bamba parió la ocurrencia. Que la elástica original era rayada en azulgrana como Dios manda hasta que apareció una ráfaga traicionera por detrás de una platea y término de descontrolar el atuendo. De otra manera no me explico que hacen ahí esas estrellas. Aparte de deshonrar la historia de CASLA.


Eso si, en descargo de todo y todos, he de decir que la República Argentina es un país con una importante querencia a la aberración para los asuntos de patrón y aguja aplicados al balompié. Del club más grande al más pequeño, de Boca al Club Atlético Defensores del Ferocarril de Vía Estrecha, todos han caído alguna vez en la horripilancia. Es cierto que la cosa no llega al nivel de los alemanes, ay los alemanes, pero les disputan el título hasta la última jornada. Otro atenuante a la barrabasada es que el fabricante, recuerden los legendarios media luna, es famoso mundialmente por fabricar guantes de portero, con lo cual todo lo suyo siempre va a tender por propias necesidades de mercado, más a la extravagancia que al fútbol digno.




No hay comentarios:

Publicar un comentario