martes, 27 de julio de 2010

Guantes de felpa

Los guardametas suplentes de los grandes equipos tienen un oficio peculiar. Juegan dos partidos al año, se les tira un par de veces y si están acertados pueden vivir de una  parada durante el resto de la temporada. Una buena manopla y el graderío creerá que si el Buffon de turno se lesiona, no hay nada que temer. Pudiera parecer que su tarea se termina ahí, en dos estiradas rasposas. Su influencia, sin embargo, es mucho mayor. Detrás de los mejores arqueros del mundo hay un trabajo diario y un compañero entrado en edad. Curtido en sus días como portero titular de otro equipo y razonablemente amigo del titular, que sabe que no le va a disputar el puesto. En Italia gusta tanto esta fórmula que algunos tienden a saturarla. Focalizan las enseñanzas de los maestros en su primera espada y cuando ésta no puede jugar, pánico en el área pequeña. El joven canterano no está preparado, pues las fichas del primer equipo las ocupan los antiguos y no ha podido aprender. Entonces, el guantes de felpa -así eran las manoplas antiguas- coge la toalla y se encorva debajo el larguero, esperando que a nadie se le ocurra dejarlo en ridículo.


Algo así sucedió el pasado marzo. Cuando tu portería la custodia Gianluigi Buffon, en verano no andas preocupado en busca de guardametas. Indiscutible, cumplidor con la Juventus incluso cuando descendió de categoría, imaginar que el bueno de Luigi puede perderse algún partido es ser un pesimista cenizo. Buffon se lesionó en diciembre. Tranquilidad, en la recámara estaba Alex Manninger, austríaco, 33 años, conocido en nuestro país por su efímero paso por el Espanyol. Sorprendentemente cumplidor en sus apariciones, no fue el desastre de sustituto que podía augurarse. Marzo, Manninger sufre una distención en el recto femoral del muslo derecho y estará 20 días de baja. El guantes de felpa Antonio Chimenti, a dos meses de cumplir los 40, se postula como titular contra la Sampdoria. En el Calcio actual hay pocos jugadores que puedan dejarte en ridículo, pero si alguien encabeza esa lista es Antonio Cassano. Medio genialidad medio cantada monumental de Chimenti, Fantantonio se inventó un tiro desde su casa y sorprendió al asustadizo arquero. Al término del partido, enfadado por su error, Chimenti le dio un golpe a una mesa del vestuario y se fracturó una mano. No por viejo se deja de ser portero.


Chimenti se ha retirado este verano y la Vecchia Signora ha fichado a Marco Storari, 33 años. Continúa Manninger, pero el técnico de l’Aquila Luigi del Neri ha incorporado a la primera plantilla a la joven perla del primavera Marco Constantino, para que se impregne de las enseñanzas de los mayores. En el Milan han contratado a Marco Amelia, 28, y en el Inter a Luca Castellazzi, 35, como suplente de uno de los mejores porteros del mundo, Julio César, 31. Por el momento no han previsto la desgracia. Si fallasen los primeros, Castellazzi y Abbiati deberán andarse con cuidado. Detrás suyo quedan dos guantes de felpa, Pablo Orlandoni, 37, que no juega regularmente desde hace cinco años y Flavio Roma, 36, que ya demostró en la pasada pretemporada de lo que no era capaz.




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